Presentación Otra Parte.

                                    Facultad Libre de Derecho, Santa Catarina N.L., enero 28 de 2016.


    Les gens savent ce qu’ils font: souvent ils savent pourquoi ils font ce qu’ils font; mais ce qu’ils ignorent, c’est l’effet produit par ce qu’ils font.
                                 Michel Foucault.

Between the desire
And the spasm
Between the potency
And the existence
Between the essence
And the descent
Falls the Shadow
 
            TS Eliot.


Otra Parte.

 Como dice Eliot en su poema Los hombres huecos (1925), cae la sombra. Veo la sombra caer al leer sobre la tragedia ambiental de Tajamar en donde casi 60 hectáreas de manglar fueron arrasadas para construir desarrollos turísticos (Reina, 2016 ). Siento un escalofrío al pensar en Brasil, el Río Doce y el accidente minero que causó el derrame de 55 millones de metros cúbicos de barro y desechos minerales sobre en el Atlántico y que, de acuerdo a expertos compromete el flujo de la cadena alimentaria en la región sudeste de Brasil y la mitad del atlántico sur por un mínimo de 100 años (Lissardy, 2015 ). Veo la sombra caer sobre el río Sonora a causa del derrame ocasionado por otra compañía minera(Méndez, 2015.). Veo la sombra caer en La Pastora, donde antes había un bosque y ahora hay tráfico, árboles muertos y un estadio que bien pudo haberse construido en otra parte (Colectivo Ciudadano en defensa de la Pastora, 2015). Veo la sombra caer sobre el Río San Juan, en Cadereyta donde la economía local y la calidad del agua han sido severamente afectadas a causa de un derrame de petróleo (Zúñiga, 2015). Veo una sombra cernirse cada vez que un gobernante habla de desarrollo o de una necesidad inminente que requiere inversiones millonarias para ser cubierta, sin escuchar aquello que la academia tenga que decir en materia medioambiental.

Sin embargo, aunque es un factor importante; la causa común a todos estos desastres no es la ambición de unos cuantos. El verdadero denominador común está en nuestro estilo de vida, en nuestra forma voraz de consumir sin medir las consecuencias de aquello que hacemos.

Para el filósofo y sociólogo Gilles Lipovetsky, la sociedad global contemporánea ha dejado atrás al post modernismo para insertarse en el hiper moderinsmo. Una época marcada por el hiper consumo y la obsesión por la juventud.

En la hipermodernidad todo es como si viera la luz una nueva prioridad: la de ser perpetuamente “joven”. Nuestra pulsión neofílica es ante todo un exorcismo del envejecimiento de la vivencia subjetiva: el individuo desinstitucionalizado, volátil e hiperconsumidor es el que sueña con parecerse a un ave fénix emocional. (2004, p.84)

 

Me parece que ésta obsesión por la juventud es el paso “lógico” a seguir si consideramos que el hombre ha sido capaz de dominar los elementos a su antojo y hacer con el mundo natural lo que le da la gana. Anteriormente, aquellos fenómenos naturales que no podían ser comprendidos eran fácilmente adjudicados a los dioses. Ahora, los avances científicos y tecnológicos nos han permitido dominar prácticamente cualquier espacio del territorio terrestre.  Incluso hay científicos como Paul J. Crutzen- quien compartió con el mexicano Mario Molina el Premio Nobel de Química en 1995- que afirman que las alteraciones causadas al planeta por el hombre equivalen a la formación de una nueva era geológica llamada Antropoceno. Éstas alteraciones comprenden no sólo el cambio climático, sino el dominio del hombre de los procesos biológicos, químicos y geológicos en la tierra. (2011)

Empero, el tiempo permanece inasible y lo único que nos queda es buscar sentido a nuestras vidas acudiendo a aquellos referentes de los que abrevamos. Es fácil entonces sucumbir al canto de las sirenas de la publicidad omnipresente y transferir el irremediable tránsito hacia la muerte por una falsa resurrección, una falsa otredad: la experiencia de lo nuevo. Destruidos los templos, el acto de comprar deviene en consagración del olvido de la muerte; aunque sea mientras dura el gusto de estrenar.

Tanto contemplación como reflexión se vuelven necesarias si queremos terminar con esa espiral de auto destrucción que estamos viviendo. Son pocos los espacios destinados a la reflexión y a la contemplación. También es poco el tiempo que nos damos para ello.

Susan Sontag en su libro Ante el dolor de los demás escribe:

Ciertas fotografías pueden emplearse como memento mori, como objetos para la contemplación a fin de profundizar en el propio sentido de la realidad; como si de iconos seculares se tratase. Pero ello parecería exigir un espacio equivalente al sagrado o meditativo en el cual se puedan mirar. Es difícil encontrar espacio reservado para la seriedad en una sociedad moderna, cuyo modelo principal de espacio público es la megatienda. (2003, p.139)

Este párrafo ha estado en mi cabeza por largo tiempo y su contenido me parece de vital importancia.            

 Ese memento mori, ese recordar nuestra propia condición mortal es precisamente lo opuesto a la pulsión neofílica de que habla Lipovetsky. Es también lo único que, paradójicamente puede salvarnos de la autodestrucción que estamos viviendo como especie. Asumir nuestra propia fragilidad es un acto de humildad que nos permite explorar el potencial de nuestro ser en el mundo más allá de las funciones sociales esperadas o delas obligaciones contraídas.

La secularización progresiva de occidente y la desinstitucionalización que caracteriza al hombre hipermoderno nos sitúan en un estado de orfandad espiritual y de sentido cuyo vacío intentamos llenar por medio de la técnica, la especialización, el consumo y el entretenimiento. Nos hemos convertido en eso que Mario Vargas Llosa llama la sociedad del espectáculo; una sociedad en donde el valor supremo en la tabla de valores es el pasarlo bien (2015, p.33) sin que haya mayor preocupación u ocupación respecto al sentido de la vida y su reverso; la muerte.

Tradicionalmente era la religión la que se ocupaba de éstos temas.
Pero ahora ¿Dónde quedan esos espacios equivalentes?  ¿Esos espacios sagrados y meditativos de los que habla Sontag? Sinceramente, no lo sé. Sólo puedo decir que en lo personal me funciona muchísimo salir al campo y caminar. Mirar cómo cambia todo en tan poco tiempo y asombrarme con la maravilla del equilibrio con que funciona la naturaleza.

Veo ese equilibrio tan perfecto y pienso en el Génesis. Miro cómo lo hemos alterado con nuestro desmedido “progreso” y pienso en el mito de Prometeo, quien por haber procurado el fuego a los hombres fue castigado por los dioses. Ese fuego que es la ciencia y la tecnología sin duda ha facilitado muchísimo la vida del hombre en la tierra, pero ahora el planeta mismo es quien nos cobra facturay si seguimos al paso que vamos, los buitres pueden dejar de ser alegoría y terminar devorándonos a todos.

No se trata de frenar aquello a lo que llamamos progreso, sino de cuestionarnos ¿Qué es verdaderamente el progreso? y tomar responsabilidad al respecto ¿Qué es aquello que nos hace felices y qué decisiones podemos tomar para que nuestras acciones nos conduzcan a una felicidad cuyas consecuencias no nos lleven a un desequilibrio ulterior sea como individuos o como especie?

Tengo la impresión de que tanto las tradiciones orientales como nuestros pueblos indígenas tienen otra concepción del tiempo y respetan mucho más que nosotros las fuerzas de la naturaleza, por adjudicarles una función mágica si se quiere. Pero ¿no fue acaso mágico ver esa sierra cubierta de nieve al escampar ayer por la tarde? ¿Será posible acaso entender que esta tierra y nosotros somos lo mismo? Si no como experiencia de iluminación al menos desde el punto de vista orgánico, lógico y cartesiano.

La vida humana no puede seguir en el planeta si alteramos las condiciones medioambientales que la hacen posible. Insisto; no se trata de frenar el desarrollo sino de encontrar y aplicar formas más equilibradas de crecimiento. En palabras de Isaac Asimov: Si el conocimiento crea problemas, no es con la ignorancia con lo que los resolveremos.

Me siento muy honrado en poder estar abordando estos temas hoy aquí, en la Facultad Libre de Derecho, pues me parece que desde el ámbito jurídico puede hacerse muchísimo por salvaguardar la integridad del medio ambiente.

Legalidad y justicia no siempre son lo mismo, para muestra el botón del manglar de Tajamar, cuya devastación es justificada por Fonatur bajo el pretexto de que todo se hizo de manera legal, cumpliendo con los términos y condiciones impuestos por la Semarnat. (El Financiero, 2016)

Hay tantísima verdad en las palabras inscritas al pie de una escalera en ésta Facultad:

Construyamos un futuro digno de su herencia.
Doña Alicia Elosúa de Salinas

Sólo la verdad engendra el porvenir.
Don Arturo Salinas Martínez.

La verdad puede ocultarse de mil y un maneras para lograr fines inmediatos, pero al hacerlo, se aborta toda posibilidad de un porvenir digno de ser heredado a nuestros hijos.

Habitamos un paraíso rodeado de montañas. No esperemos a volver a verlas nevadas para darnos cuenta de su magnificencia, de cuán importante es el medio ambiente y de cuán frágiles somos. En ésa fragilidad está la fuerza. Aún estamos a tiempo de hacer algo al respecto y construir un futuro digno de su herencia.

Muchas gracias.


                Porfirio Sosa Torres.

 


Referencias bibliográficas:

Elliott T.S. (1925). Los hombres huecos. Enero 2016, de Universidad Autónoma Metropolitana, Versión y nota de Shelley, J. Sitio web: http://www.uam.mx/difusion/revista/oct2001/eliot.pdf

Kirkpatrick, Z. (noviembre 18, 2014). Comment Foucault m´a Changé la Vie. Enero 2016, de Knock Out Magazine Sitio web: http://www.knockoutmag.org/fr/comment-foucault-ma-change-la-vie/

Reyna E. (2016). México destruye parte de un manglar en Cancún para un proyecto hotelero. enero 2016, de enero 21 2016 Sitio web: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/01/21/mexico/1453389683_656261.html

Lissardy, G . (2015). El río destruido por un "tsunami de barro" en el corazón de Sudamérica llega al océano. Enero 2016, de BBC Mundo Sitio web: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151120_brasil_desastre_ambiental_minero_rio_doce_gl


Méndez, E. (2015). Minera debe indemnizar 15 años: Cofepris; caso río Sonora. Enero 2016, de Excelsior Sitio web: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2015/04/27/1020954

Colectivo Ciudadano en Defensa de la Pastora. (2015). Si al estadio, pero en otro lado. Enero 2016, de Colectivo Ciudadano en Defensa de la Pastora Sitio web: http://sialestadioperoenotrolado.blogspot.mx

Zúñiga, F. (noviembre 2, 2015). Pemex no será sancionado por derrame en río San Juan. Enero, 2016, de Milenio Sitio web: http://www.milenio.com/politica/Pemex-sancionado-derrame-San-Juan_0_462554072.html

Lipovetsky, G. (2014). Los tiempos hipermodernos. Barcelona: Anagrama.

Crutzen, P & Schwägerl, C. (2011). Living in the Anthropocene: Toward a New Global Ethos. enero, 2016, de Yale University Sitio web: http://e360.yale.edu/feature/living_in_the_anthropocene_toward_a_new_global_ethos/2363/

Sontag, S. (2003). Ante el dolor de los demás. Buenos Aires: Alfaguara.

Vargas Llosa, M. (2015). La civilización del espectáculo. México D.F.: Random House.

Redacción. (enero 22, 2016). Fonatur defiende legalidad del Malecón Tajamar. enero 2016, de El Financiero Sitio web: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/se-ha-cumplido-con-ley-ambiental-en-malecon-tajamar-asegura-fonatur.html

 

                                                                      El silencio
de la sombra que pasa                                         entre los cerros.    

El calor de la tierra:
madre muda de todos los sonidos.

La mano quebradiza
                     del árbol que                                        sostiene
las heridas de guerra de sus hijos

tiernamente atendidas por el                                      viento

La fría piedra que espera mientras pasa
                                                 ese poco de                       luz,
ese poco de agua por los poros.
Los poros de la luna, su blanca sed que baja     
                                                                                      poco
                                                                              a
                                                                   poco.

La flor que ya no es flor, ni luz sino reverso
de una quietud apenas contenida
por el vaso en que beben los cristales
de todos los espejos, de todas las miradas
que ven hacia otra parte; hacia                                           la herida
            parte parto
Dasein, estar aquí
siempre cayendo
como caen los deseos desorbitados.

La venda que amenaza con vender hasta el último sol de la caverna
y tapiar con su sombra la salida.

La noche con su bóveda insaciable:
vuelta y vuelta espiral que no termina
vuelta piel,
vuelta polvo,
vuelta casa que rota                                             se despide
sabiendo que es el tiempo el no elemento
que habrá de terminar con todo aquello
sabiendo que al final
la muerte ya no es muerte sino vuelta
sobre los propios pasos olvidados
que intentan desandar                                hacia otra parte.